lunes, 25 de junio de 2007

LOS SERES DE LA NOCHE

En este gremio nuestro, que Dios bendijo de pasada (no se entretuvo en bendecirlo como Él manda, no señor, ni de coña) pululan multitud de personajes:

-Transportistas. Unos traen los productos desde origen a Mercamadrid, otros le llevan la compra a Manolo a la frutería si éste no tiene medio de transporte.
Entrada principal, Plataforma Alta
Foto: Mercamadrid
-Asentadores o Mayoristas. Son los dueños de los puestos de venta de frutas y verduras, o mejor dicho los inquilinos, porque el verdadero dueño es Mercamadrid.

-Vendedores. Son los que venden la fruta a Manolo. También se ocupan de pedir los productos necesarios para que el puesto de venta este siempre bien abastecido.
Una de las 6 naves de frutas
Foto: Gacetín Madrid
-Escribientes. Son los responsables de registrar las entradas de mercancía que se producen durante la noche para, posteriormente, hacer las facturas a Manolo. Hace años, cuando el Mercado estaba ubicado en Legazpi también se les conocía como boleteros, término éste casi en desuso en la actualidad. 
Nave de Pescados
Foto: Mercamadrid



-Mozos. Son los encargados de recepcionar, descargar y ordenar para su venta la mercancía que llega desde las 10 de la noche hasta las 4 de la madrugada. Cuando Manolo compra ellos pesan el género y si es necesario se lo llevan al camión o furgoneta.

-Chaperos. Recogen los envases vacíos que trae Manolo. Este curioso y controvertido nombre tiene un origen antiguo, desde Legazpi, tiempos en los que a cambio del envase se entregaba una chapa que luego se canjeaba por el dinero que se había cobrado por dicho envase. Esta es una especie en extinción porque casi todos los productos tienden, cada vez más, a comercializarse en envases no retornables.


-Cobradores o Cajeros. Son los que pelean a diario para que Manolo suelte la "tela", a veces es fácil y otras muy difícil.

Mercado de la Carne. Plataforma Baja
Foto: Frigobandeira
-Mozos de carretilla o COMAN. Son unos personajes cuyo trabajo consiste en llevar a Manolo el género que compra, desde el puesto donde lo ha comprado hasta su vehículo. Esta especie está en vías de extinción, si bien en Legazpi eran imprescindibles porque no había muelles de carga y cosa curiosa: a Manolo no se le permitía llevar las cajas por sus propios medios.

-Chorizos o amigos de lo ajeno. Estos indeseables personajes, al contrario de extinguirse, parece que cada día proliferan más. Al menor descuido y aprovechando las aglomeraciones desparecen los géneros de los muelles, del centro de las naves o de los mismos camiones de los detallistas. Como la ley les "protege" (si lo robado no pasa de un determinado importe no se les puede hacer nada) solo hay que echarle un poco de cara y poner cualquier disculpa si los pillan "in fraganti". Si bien es cierto que ha habido veces que estos rateros han recibido "una cariñosa reprimenda" por parte de los perjudicados.

Hasta pronto.

jueves, 14 de junio de 2007

LOS PROBLEMILLAS DE MANOLO

Foto: Francisco Salado
Como ya sabéis, Manolo no es un tío normal, es como un socio del Atleti, "nasío pa sufrir". Los principales problemillas de Manolo son: el sueño, el cansancio y la competencia. Su clientela, lejos de ser un problema, es una bendición, ¡pero como le hacen sufrir!. Cuando algunos productos suben exageradamente, los clientes de Manolo le obsequiamos con frases ingeniosas como: "¿Tienen música?, ¡Te vas a hacer de oro!, ¡Pues el productor dice que se los pagan a 20 cts.!". Si las oyes una o dos veces no tiene importancia, pero cuando te las regalan 20 ó 30 veces al día y varios días a la semana, ¡¡joden!!, puedo dar fe de ello, y joden porque Manolo sabe que no son verdad. El pelea todos los días en Mercamadrid por comprar el mejor género al mejor precio, para ofrecérselo a su clientela, porque ahí radica el secreto de su éxito o de su fracaso.

Foto: Francisco Salado
Del sueño ya he hablado en una entrada anterior y el cansancio es algo inherente a la profesión. Carga, descarga, prepara y coloca, recoge, limpia y se chupa a diario una jornada laboral de alrededor de 14 horas.


La competencia de Manolo es brutal debido, como ya dije, a lo fácil que es poner una frutería y si te pones en la calle con dos cajones y una báscula más fácil todavía. Los inmigrantes han supuesto un varapalo muy grande para él porque intentan ganarse la vida a la desesperada y recortan sus beneficios hasta lo indecible. La venta callejera ilegal aún es peor, porque no tienen gastos de local, luz, agua, impuestos, etc. y además suelen comerciar con artículos de baja calidad. Pero la competencia, en mi opinión, más cruel y desleal
Foto: Francisco Salado
,
viene del lado de las grandes superficies. Estos monstruos del comercio lo tienen todo a su favor. ¿Se han fijado ustedes en que cuando van a construir un gran centro comercial mucho antes de comenzar las obras ya les construyen viales y accesos para facilitarles la tarea? Cuando Manolo inaugura su frutería ni siquiera le hacen un rebaje en la acera para subir con su carretilla. Estas grandes superficies pueden comprar en origen, pagan a 90 ó 120 días y al disponer de miles de artículos bien pueden poner unos cuantos a precios de coste. Manolo tiene que pagar a diario y tiene suerte si algún asentador (mayorista de frutas) le concede el pago a 30 días. Pero nuestro héroe tiene algo con lo que no pueden: la atención personalizada. Manolo te sonríe y te atiende cuando te quejas, te cambia el melón que te salió malo, te explica como cocinar las setas y en muchas ocasiones, me consta, te sirve de paño de lágrimas. Además en los megacomercios la sección de frutas da grima, los productos suelen ofrecer una carencia de frescura exagerada por falta de atención y exceso de manipulación. Las verduras y hortalizas están lacias, faltas de brillo y de verdor. Las frutas, blandas y ennegrecidas, víctimas de la acción de miles de dedos opresores. Rara es la bandeja en la que no hay una fruta picada o un tomate blando. Sé también que la mayoría de los clientes que compran estos productos lo hacen porque "ya que estamos aquí....".
Pueden ofrecer unos cuantos artículos a buen precio, pero en general son bastante más caros que los que ofrece Manolo y de peor calidad, porque Manolo, queridos amigos y amigas va a Mercamadrid todos los días.

Cosecha propia de mi naranjo
y granado enanos
Foto: Mi móvil
Espero que a partir de ahora seamos un poco más comprensivos con Manolo, menos incisivos y más amables. Sencillamente vamos a devolverle lo que el nos da.
Os voy a contar un chiste de Manolo:

Están cenando Manolo y su mujer. Al final de la cena la señora le dice:
-Manolo, ¿quieres una naranja de postre?
-Vale
Su esposa va hacia la cocina, vuelve con la naranja, se sienta a la mesa y le dice amablemente:
-¿Te la pelo?
-¡¡Siiii!!- le contesta Manolo con un guiño- pero después me como la naranja.



                                            La naranja es esencial
                                la naranja es vitamina
                                come naranjas, chaval
                                naranjas y mandarinas.

Naranjas sanguinas
Foto: Francisco Salado
En zumo es fenomenal
en mermelada, divina
es la fruta nacional
fuente de salud y vida.

Sólo tienes que pelar,
más fácil la clementina
y podrás saborear
la más rica medicina.

Buen fin de semana.

domingo, 3 de junio de 2007

INGENIERO EN FRUTAS Y PRODUCTOS HORTÍCOLAS (Y II)

Manolo se levanta todos los días (excepto domingos y lunes) a las 3 ó las 4 de la madrugada, coge su camión o su furgonetilla y pone rumbo a Mercamadrid. Aquí comienzan los problemas, porque acaba la descarga de los proveedores y comienza a continuación la carga de los compradores o detallistas. Poco antes de las 5 de la mañana cientos de camiones y furgonetas, a los que dan la salida como si fueran los Alonso de la fruta, pugnan por un sitio en el muelle de carga. En teoría esto debería ser fácil, pero puedo asegurarles que no lo es. Muy raro es el día que no hay golpes y accidentes.
Manolo con un curioso calabacín en sus manos
Superado el primer obstáculo del día, nuestro Manolo emplea una media de 3 ó 4 horas en hacer sus compras, carga su vehículo y se dirige a su frutería desayunándose con los atascos de la mañana. Tiene suerte si puede permitirse contratar a alguien que le ayude, pero como estos negocios cada vez van a menos la mayoría de nuestros Manolos cambian de nombre y se convierten en Juan Palomo, por pura necesidad y en detrimento de su salud.

Cuando llega a su frutería comienza otro calvario: la búsqueda de un aparcamiento que le permita descargar su mercancía y no esté a 200 m. de distancia. A las 9 ó 9,30 deberá tener toda su fruta colocada y preparada para comenzar la venta, pero casi nunca lo consigue, no le da tiempo. A las 2 de la tarde cierra, pero debe reponer lo vendido para comenzar de nuevo a las 5. Cuando Manolo se va a comer ya ha trabajado más horas que cualquiera de nosotros en todo el día. Afortunado él si consigue dormir una hora de siesta. La segunda parte de su jornada finaliza a las 8 u 8,30, pero mientras limpia y guarda todo en el frío para que no se estropee le dan las 9 o las 10 de la noche. Cena y a dormir porque dentro de 4 ó 5 horas rugirá de nuevo el bicho más desagradable que conocemos: el despertador.

Manolo conoce a sus hijos porque los ve el fin de semana. Ya sé que más de uno estará pensando que su trabajo es tan duro como el de Manolo o más, pero como dice el refranero español: "Cada uno arrima el ascua a su sardina" y mi sardina es esta.

Foto: Francisco Salado
Al igual que ocurre con la fruta también en los Manolos hay variedades:
Manolo Clásico. Es nuestro frutero de toda la vida, con su mandil azul, su boli en la oreja y la sonrisa campechana.
Manolo Mercadillo. Todos los días monta y desmonta su negocio, con aire, lluvia, nieve, frío o calor.
Mano Lin. Son los Manolos chinos, que todavía duermen menos que nuestro Manolo nacional y tienen que comprar más cosas porque venden de todo.
Manolo Inmigrante. Aquí podemos agrupar a marroquíes, sudamericanos, hindúes, paquistaníes, polacos, rumanos, búlgaros, etc., etc.
Estas variedades de Manolos forman, junto con las grandes superficies, la brutal competencia que nuestro Manolo autóctono tiene que superar día a día.

Muerde la manzana, muerde
Foto; Francisco Salado
muérdela con devoción,
amarilla, roja o verde
disfruta de su sabor.


Muerde la manzana, muerde
muérdela hasta el corazón,
limpia y perfuma tus dientes
no tiene colesterol.


Muerde la manzana, muerde
muérdela con alegría
no sabes lo que te pierdes
come dos todos los días.

Lo siento, no he podido reprimirme. Ya salió mi vena poética.